AUTOEVALUACIÓN. "¿Hay algo más necio que no aprender por no haber aprendido antes?"

Mirando hacia atrás, los últimos meses han estado cargados de trabajo, estudio y reflexión sobre la enseñanza del español como lengua extranjera, la presencia del máster en mi vida ha hecho que analice situaciones que, hasta el momento de antes de empezar, nunca habría ligado a la enseñanza del español. Por ejemplo, el hecho de ser alumna en una clase de lengua extranjera, con alumnos de diferentes nacionalidades me lleva constantemente a una observación del desarrollo del aprendizaje de estos (y de mí, obviamente), de los métodos que emplea la profesora o de los enfoques que priorizan en cada clase. De aquí observo que, por un lado, con este máster estoy aprendiendo a aprender, que, por otro, estoy analizando situaciones de la vida cotidiana con una nueva óptica, la del profesor de español, y que, además, trato de aplicar constantemente lo que aprendo.

Si me centro más en la propia teoría del máster, ahora soy mucho más consciente que al principio de lo que implica enseñar una lengua, y además tengo muchos más recursos para explicarle a alguien por qué no basta saber español para poder enseñar español. Y que esto no suene nimio, es un comentario que he escuchado más veces de las que me gustaría y al que al principio no sabía dar una respuesta contundente.

Las diferentes asignaturas que he ido estudiando han construido una base sobre la que desarrollar mi propia idea de lo que representa la enseñanza y el aprendizaje de ELE, estudiar la evolución de las teorías sobre esto, desde el constructivismo a las perspectivas comunicativas, me ha dotado de una visión global del fenómeno de la investigación en este ámbito y me hace, constantemente, querer saber más sobre nuevos métodos. Con esto quiero expresar que mi concepción de la enseñanza y aprendizaje de ELE no puede entenderse sin un continuo dinamismo, gracias a este máster he comprendido que las lenguas no son algo estático, que solo puedan aprenderse o enseñarse de una manera, y que la percepción de estas es tan amplia como hablantes tenga el idioma.

Ahora mismo no me dedico a la enseñanza de idiomas, por lo que todos estos conocimientos se acumulan en mí, deseando ponerlos en práctica cuanto antes, pero sí que he enseñado español con anterioridad, y puedo decir que se ha creado un mundo nuevo entre lo que yo hacía en mis primeras clases como profesora no formada y lo que llevaré a cabo cuando vuelva a una clase como maestra.

En este análisis conclusivo no puedo obviar mi situación personal al margen del estudio de este máster, ya que aunque los primeros meses todo estuvo calado de una motivación y una ilusión enormes, las cosas se truncaron por motivos personales, que nada tienen que ver con la pasión que siento por esta profesión. Desde hace algo más de un mes no he dispuesto de suficiente tiempo ni motivación para continuar al mismo ritmo, lo que ha afectado al plan de estudio que tenía previsto y me ha hecho modificar mi plan de acción.

Mi intención ahora es volver a implicarme como antes en el estudio del máster, complementándolo con la participación en todas las actividades y encuentros que me pueda permitir, tanto en Bélgica, donde el Instituto Cervantes de Bruselas y algunas organizaciones más organizan interesantes debates, actividades, etc, como en España, como puede ser el próximo encuentro de alumnos y profesores del máster en Barcelona.

He escogido esa frase para titular esta última entrada porque me parece un excelente recordatorio de lo que no debo hacer, incluso cuando nuestros planes se han torcido y apareced con ello cierta desidia a la hora de volver a retomar algo en lo que los demás parecen haberte adelantado. Pretendo hacer de la enseñanza del español un estilo de vida, proyecto que no me permite rendirme, y aunque este no es un plan a corto plazo puedo decir que el máster está resultando ser un inicio ideal en este camino.

Imagen relacionada

Comentarios